Como lo lees, cupcakes de tiramisú. Sé que parece complicado aunar en una misma receta estos dos dulces tan diferentes.
Sin embargo, te traigo la fórmula ideal para conseguir un resultado espléndido.

El secreto está en la receta del cupcake, que es un bizcocho muy muy ligero, tipo genovés, que humedecido en el sirope de café y acompañado de la crema de mascarpone, parece una pequeña porción de tarta de tiramisú.
INGREDIENTES BIZCOCHO:
- 150 g de harina
- 60 ml de leche
- 225 g de azúcar
- 65 g de mantequilla
- 3 huevos
- 3 yemas de huevo
- 3/4 de cda de levadura de repostería
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 vaina de vainilla
- Cacao en polvo
INGREDIENTES SIROPE DE CAFÉ:
- 80 ml de café
- 55 g de azúcar
- 2 cucharadas de licor de almendras
INGREDIENTES FROSTING:
- 250 ml de nata
- 200 g de queso mascarpone
- 60 g de azúcar glas
PREPARACIÓN:
Lo primero es dejar hecho el sirope de café, para que repose. Para ello, calienta todos los ingredientes en un cazo hasta que el azúcar esté completamente disuelto. Aparta del fuego y reserva.
Precalienta el horno a 180°C y deja listas las cápsulas de papel en las bandejas de horneado.
Para preparar el bizcocho, comienza calentando en un cazo a fuego medio la leche y la vainilla. Sin que llegue a hervir. Cuando haya cogido temperatura, retira del fuego y disuelve la mantequilla totalmente en la mezcla. Espera a que pierda temperatura para colarlo y retirar los restos de la vainilla.
Calienta el azúcar al baño maría y sin dejar de remover, para que no salgan grumos, añade los huevos y las yemas. Sigue batiendo hasta que se haya disuelto completamente el azúcar.
Retira el bol del baño María y mezcla con las varillas eléctricas a máxima velocidad hasta que haya blanqueado y esté muy esponjosa.

A continuación tamiza la harina, la levadura y la sal. La incorporamos suavemente con ayuda de la espátula. Por último, añadimos la mezcla de la leche y seguimos trabajando, hasta dejar una mezcla homogénea y suave.

Repartimos la masa entre las cápsulas de cupcake, dejando un poco sin llenar para que la masa pueda crecer.

Lo horneamos a 180°C con calor arriba y abajo hasta que que crezcan y se dore la superficie.
Mientras esperamos a que se enfríen los cupcakes, podemos ir preparando la crema de mascarpone, para ello nos ayudaremos de unas varillas eléctricas para batir la nata hasta montarla. Por otro lado mezclamos el queso con el azúcar glas hasta dejar una crema suave. Por último integramos junto con la nata y metemos la mezcla en una manga pastelera.

Antes de poner la cobertura al cupcake, pincha con un tenedor la superficie del bizcocho y con ayuda de una brocha o una cucharita, humedécelo con el sirope de café.

Por último, con ayuda de la manga pastelera y una boquilla decorativa, adorna los cupcakes como más te guste y espolvoréalos con cacao en polvo y reserva en la nevera hasta que los vayas a servir.

El bizcocho queda muy ligero y aireado. Con el sirope de café y la crema mascarpone, parece totalmente que estás comiendo pequeñas raciones de tarta de tiramisú.

Me parece una forma original y diferente de sorprender a tus invitados o la familia a la hora del postre o del café.

Aunque no llegan a ser totalmente igual a la tarta de tiramisú, vas a ver que está receta tiene poco que envidiar.