Hoy te traigo una receta imprescindible. Por lo clásica y sencilla, debería ser un básico en cualquier recopilación de recetas de repostería.

Estas magdalenas te transportan a la infancia, a los sabores de toda la vida. Muchas veces, nos complicamos haciendo recetas enrevesadas cuando lo que nunca falla es una buena magdalena o bizcocho para mojar con la leche. Así de simple.
Y eso es justo lo que te traigo.
INGREDIENTES:
- 175 g de harina
- 125 g de aceite de girasol
- 120 g de azúcar
- 50 g de nata líquida para montar
- 1 cucharadita de levadura química
- 2 huevos
- La ralladura de un limón
PREPARACIÓN:
Blanqueamos los huevos con el azúcar con ayuda de las varillas eléctricas o la amasadora. A continuación añadimos la rayadura del limón y seguimos batiendo.
Sin dejar de batir, pero bajando un poco la potencia, incorporamos la nata y el aceite de girasol.
Retira el bol del amasador y tamiza la harina y la levadura, ayudándote de una espátula para dejar la masa perfectamente homogénea. Una vez que añades la harina, no es conveniente amasar en exceso la mezcla.

Deja que la masa repose unos diez minutos, el tiempo que tardas en precalentar el horno a 230ºC.
Una vez que han reposado, reparte la masa en las capsulas para magdalenas y baja la temperatura del horno a 210ºC. Deben reposar otros diez minutos, más o menos dentro de las capsulas.

Mientras reposan esos diez minutos, antes de meterlas en el horno, espolvorea generosamente con azúcar la superficie. Así se formará esa característica costra de azúcar.

Estarán listas en unos veinte minutos, pero estate atenta cuando crezcan y se dore la superficie, será el momento de sacarlas del horno y dejarlas reposar un poco en la bandeja antes de desmoldarlas totalmente para que se enfríen sobre una rejilla.

Es una receta sencilla, y sin duda más saludable que las alternativas comerciales. Tiene ese ligero toque a limón y precisamente por su simpleza de sabores es un básico que no cansa.

En una lata o caja hermética, aguantan perfectamente varios días. En casa, las hemos estado desayunando la mar de contentos, así que imagino que no tardarán en volver a nuestra mesa del desayuno.

Estoy segura de que muy pronto vas a querer probar este básico de la repostería, así que ya me contarás si te ha parecido una receta sencilla e infalible para dar algo de alegría a los desayunos.

Aqui me habeis convencido , bravo !!! sencillamente apetitosas…
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Muchas gracias!
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