Si te gusta el flan, esta receta tienes que anotarla en un sitio privilegiado y tenerla siempre muy a mano, porque no te va a defraudar. No tiene nada que ver con los flanes comprados.
Combina la suave textura del flan de huevo, pero ligeramente más cremoso y con un delicioso toque a queso.

Preparar esta receta es tremendamente rápido y sencillo. Su único pero, es que tiene que reposar varias horas en la nevera, así que es mejor que la hagas con un día de antelación.
INGREDIENTES:
- 5 huevos
- 550 ml de leche
- 250 gr de queso crema
- 120 gr de azúcar moreno
- 1/2 cucharadita de postre de esencia de vainilla
- Caramelo líquido/100 g de azúcar
PREPARACIÓN:
Precalienta el horno a 200 °C y pon a hervir agua en una olla.
Después hay que cubrir la base del molde con caramelo. Puedes utilizar flaneras individuales o un molde de gran capacidad y usar caramelo ya preparado tipo royal o hacerlo tu misma.
Para hacer el caramelo es tan simple como poner unos 100 g de azúcar en la base del molde (si es un molde grande) y calentar el recipiente en la vitro, moviendo un poco el azúcar con ayuda de una espátula para que no se queme.
Verás que se van fundiendo los granos y adquiriendo un aspecto tostado, no lo toques ni lo pruebes, el caramelo caliente alcanza altas temperaturas. Cuando esté completamente fundido retíralo del calor y cubre totalmente el fondo del recipiente con el.
Por otro lado, pon todos los ingredientes restantes en el vaso de tu batidora y mézclalos hasta que estén bien integrados.
Viértelo en el recipiente, ayudándote de una cuchara para que caiga lentamente, sin golpear directamente el caramelo.
Tapa el recipiente y mételo en la olla de agua hirviendo, y ésta a su vez en el horno. Atenta a que no haya piezas de plástico (las asas de la olla por ejemplo). Pasada una hora saca tu flan del horno y pínchalo en el centro. Si está cuajado debería salir limpio, pero temblar ligeramente con el movimiento. Si no es así hornéalo más tiempo. Si sale limpio déjalo enfriar antes de meterlo en la nevera durante, como mínimo, tres horas, pero preferiblemente toda la noche.

Para desmoldarlo tendrás que pasar un cuchillo o una varilla por el filo del flan, para despegarlo de las paredes y volcarlo sobre una fuente.

Acompañado de nata, fruta o las dos cosas… esta insuperable. Y es un postre sencillo que puede coronar cualquier celebración o comida.
