Al igual que las galletas shortbread, esta receta la probé por primera vez en Irlanda y me dejó completamente enamorada.

Si no la has probado aún, tienes que darle una oportunidad… ¡y se convertirá en uno de tus postres favoritos!
Se sale un poco de las tartas a las que estamos acostumbrados. Su toque de canela es ideal para dar la bienvenida al otoño.
INGREDIENTES:
- 4 manzanas
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1/2 cucharada de canela
INGREDIENTES CRUMBLE:
- 175 g de harina
- 110 g de azúcar
- 110 g de mantequilla fría
PREPARACIÓN:
Para la base puedes utilizar una masa quebrada comprada, pero yo siempre preparo la base usando esta receta. ¡Está muchísimo más buena que la comprada!
Pela las manzanas, quítales el corazón y córtalas en finas rodajas.
Repártelas por el molde de manera uniforme.
Mezcla el azúcar y la canela y espolvoréalo sobre la manzana, intentando que llegue a todas partes por igual.
Para hacer el crumble, primero integra de manera uniforme el azúcar y la harina. Después, con ayuda de tus manos, mézclalo con la mantequilla hasta adquiera una apariencia terrosa.
Vuelca el crumble sobre las manzanas troceadas y ¡listo! ¡al horno!

Hornéalo 40 minutos a 190°C. Una vez fría, consérvala en la nevera.
Para que la tarta sea un éxito asegurado, dale un ligero golpe de calor antes de servirla y acompáñala de helado de vainilla.

La mezcla de texturas y el contraste de temperaturas y sus suaves aromas te van a encandilar.

Me ha encantado desempolvar esta receta, sin duda nos acompañará más de una vez a lo largo del otoño. ¿Y tú? ¿Te animas a probarla?