Hoy vengo a hablaros de Grecia.

No puedo aportar mucha luz sobre Atenas. No hemos visto, de momento, ninguna ruina clásica, ni hemos visitado Salónica o Corinto. Desde luego las islas griegas siguen siendo unas grandes desconocidas para nosotros, Santorini, Miconos y donde sea que Donna plantó su hotel en Mamma Mia!
Sin embargo ya llevamos dos semanas haciendo vida en Alexandroupoli, paseando por sus calles, comprando en sus mercados y tratando de entendernos con sus habitantes.
Gestión Griega del COVID:
Aterrizamos pocos días antes de que se decretara confinamiento domiciliario.
Una tarde el teléfono empezó a vibrar y pitar con este mensaje en la pantalla:

Básicamente, siempre que vayas a abandonar tu domicilio por una causa justificada (ir a trabajar, a hacer la compra, a la farmacia, a pasear a la mascota…) debes enviar un mensaje a las autoridades informando de la hora y la causa. Así, si te para la policía, pueden verificar que efectivamente estás realizando esa actividad dentro del horario acordado.
Parecía que habíamos ido a parar en el Berlín de los años 70, sin embargo el ambiente que se respira es mucho menos post apocalíptico que en España el pasado abril.
Han cerrado las tiendas y los restaurantes, pero la vida no se ha detenido. Algunas cafeterías, locales de comida preparada y tiendas de alimentación permanecen abiertas.
La gente sale a pasear, a hacer deporte y a comprar con normalidad, no ves grandes aglomeraciones, pero sí pequeños grupos de personas hablando al aire libre. Hemos podido llevar al niño al parque todos los días y no es raro encontrarte con más padres haciendo lo mismo.
Está claro que se toman medidas, pero no tienen un ambiente de pánico generalizado.
Sus calles
Hay muchas cosas que nos llaman la atención de las calles de Grecia. No hay normas de urbanismo para limitar la creatividad de los pequeños propietarios. En tu terreno puedes hacer lo que te dé la gana, un bloque, una casa de madera, un chalet… la creatividad abarca también el trozo de acera que hay delante de tu casa.

Puedes adoquinarlo bonito.


Puedes conjuntarlo con tu jardín.

Puedes plantar un naranjo.

Puedes dejar que la vegetación crezca salvaje.

Puedes dejarlo intransitable.

Puedes poner rampas.

Puedes invadirla con un balcón o con un porche.

Puedes pasar tres pepinos de tu acera.


Como podrás imaginar, tanta creatividad es incompatible con pasear por la acera con normalidad y más para las amortiguaciones de nuestro maltrecho carro, que tiene que estar salvando constantes desniveles.

Solución: pasea por la carretera.
Aunque no solemos tener dificultades para aparcar, también nos llama la atención la cantidad de coches abandonados.
Hablando de abandonos, parece que los perros y gatos callejeros son de todos y de nadie. No es difícil encontrar alguno vagando por las calles.


Tampoco es raro encontrar comederos.

Las calles, el paseo marítimo, los parques y jardines privados están plagados de pequeñas capillitas donde puedes encontrar una vela de aceite y las estampas y oraciones de los fieles.




Sus gentes
Bebedores de café empedernidos, malos conductores y buenos anfitriones. Tienen un carácter parecido al nuestro, son abiertos y no dudan en entablar una conversación contigo. Parece que estoy describiendo Pokémon’s. La verdad es que no hemos tenido demasiadas ocasiones de interactuar, pero quería añadir este apartado…
De momento la situación nos está impidiendo disfrutar la gastronomía, visitar los museos y recorrer los alrededores.
Pero ahora que tenéis un corresponsal en la antigua Hélade, iremos solucionando esas lagunas informativas.
Interesante descripción con toques de humor
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Hay que tomárselo con humor, espero poder ofrecerte más contenido interesante!
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Muy buena descripción del carácter griego. Pero echo de menos alguna receta local. Anímate pronto.
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Tienes razón, voy a informarme un poco. A ver si pronto puedo sorprenderos con alguna.
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